La clave de los efectos adversos se escondería en los genes
Ciudades
Psiquiatría. Existen seis genes que alteran la respuesta del
cuerpo frente a los fármacos; especialistas evalúan comenzar a
estudiarlos en Uruguay
LETICIA COSTA DELGADO
Cuatro de diez pacientes depresivos no responden al medicamento
que su psiquiatra les prescribe. Un estudio genético que podría
realizarse en Uruguay detectaría las causas del fenómeno y aumentaría
la eficacia de los tratamientos.
Si su especialista le receta un fármaco seguramente usted dé por
descontado que le hará efecto. Lamentablemente no siempre es así. De
acuerdo a cifras internacionales de cada 10 pacientes depresivos hay
cuatro a los que el medicamento que les indican no les hace efecto.
La realidad no solo la viven quienes sufren depresión. Dentro de
las enfermedades psiquiátricas también hay personas con trastorno
bipolar o esquizofrenia a quienes los fármacos convencionales no dan el
resultado esperado.
Para las tres enfermedades mencionadas existen genes que alteran
la respuesta del cuerpo. Si el paciente supiera que los porta o tiene
una variante específica, podría ahorrarse meses de intentos frustrados y
efectos secundarios desagradables.
En concreto, se trata de seis genes de los que en Uruguay se
estudia solo uno. Sin embargo, según Enrique Pera, psiquiatra del
Hospital Vilardebó, a nivel nacional existe infraestructura para
estudiar todas las variantes involucradas.
Para Pera, el punto de partida es que los especialistas
uruguayos integren el concepto de que antes de administrar un
medicamento existen aspectos específicos de la biología del paciente
que es necesario tener en cuenta.
"Lo que se trata de hacer es un tratamiento cada vez más
personalizado", señaló Pera, quien también se desempeña en la
Asociación Española, Médica Uruguaya, Hospital Militar y la mutualista
Cudam (Centro Uruguayo de Asistencia Médica).
DISCIPLINA. En los últimos meses Pera realizó en la Clínica Mayo
(Estados Unidos) un curso de especialización en Farmacogenómica
aplicada a Psiquiatría. Por Farmacogenómica se entiende, justamente,
el empleo de la información genética para guiar el tratamiento
farmacológico.
Con base en este concepto los especialistas estadounidenses
trabajan, desde hace unos cinco años, en dos procesos del cuerpo. El
primero, cómo el organismo reacciona frente al medicamento y qué
procesos activa para metabolizarlo. Y el segundo, qué efectos genera en
su cuerpo.
Dentro del primer proceso analizan la participación de proteínas
(citocromos) que participan en la metabolización. Y en cuanto a los
efectos, estudian receptores celulares que actúan en el cerebro y
facilitan efectos específicos. Ambos procesos están condicionados por
los seis genes en cuestión.
"Hay algunos que determinan que el cuerpo metabolice mal un
fármaco", comentó Pera. "Si yo no lo sé y voy al psiquiatra, él me
manda un remedio pero me cae mal, no me hace nada, me da sueño o lo
tomo un montón de tiempo y no me curo", ilustró Pera.
Años atrás, Hernán Silva, psiquiatra chileno líder en la
temática admitió en la Revista Chilena de Neuro-psiquiatría que "los
diagnósticos psiquiátricos se basan más en agrupaciones de síntomas que
en la Neurobiología".
"El psiquiatra prescribe con base en la información obtenida en
estudios clínicos controlados y de acuerdo a su propia experiencia con
los fármacos", escribió entonces Silva. "No obstante, todo tratamiento
tiene un componente de ensayo-error", aseguró.
Dentro de los factores que inciden en el "error" puede haber
aspectos del trastorno que se combinen con la edad, el género o la
dieta del paciente, o una falta de rigor al momento de cumplir la
prescripción. Trabajar sobre los aspectos genéticos ayudaría a
minimizar la posibilidad de errores.
Pero ¿qué habría que buscar en los pacientes y en qué
consistirían los estudios en cuestión? Dependerá del trastorno pero
"puede ser que tenga un gen de más, que le falte o que tenga un gen
diferente, una mutación", indicó el psiquiatra uruguayo. El estudio o
los estudios para detectarlos podría realizarse mediante un raspado de
mucosa o una muestra de saliva o sangre.
Según Pera, la Sociedad de Psiquiatría Biológica del Uruguay ya
ha manifestado su interés en integrar este tipo de estudios a las
consultas psiquiátricas realizadas en el país. La medida implicaría un
proceso de trabajo previo con las autoridades de la salud y las
instituciones de atención.
Con base en los resultados obtenidos al estudiar los genes en
cuestión, los pacientes podrían recibir una suerte de sistema de
alerta. Pera lo ilustró con la imagen de un semáforo.
Se le podría decir "usted tiene luz roja para este remedio,
amarilla para este y verde para este otro. Entonces, le mandamos el
medicamento para el que tiene luz verde". Ese esquema podría quedar en
su historia clínica para evitar efectos adversos si le prescriben otro
fármaco. En los próximos meses clínicos locales mantendrán encuentros
con especialistas extranjeros para avanzar en la temática.
"Si el paciente desconoce el gen que tiene, el remedio le cae mal, le da sueño o lo toma por un tiempo pero no lo cura".
El periplo desde el diagnóstico hasta la cura
El 40% de las personas depresivas no responden a los fármacos que les prescriben; intentan sucesivas veces.
El diagnóstico se combina con la Genética
Una de las tendencias internacionales es estudiar los genes de las personas antes de indicar un fármaco.
Un sistema de alertas para los especialistas
Según los genes analizados el paciente puede saber para qué medicamentos tiene riesgo alto, bajo o nulo.
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