"...Vivimos en una época en la cual quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien. Quieren que los heterosexuales tengan relaciones sin compromiso, pero que los gays se casen en la iglesia. Que las mujeres se vistan como hombres y asuman papeles masculinos y que los hombres se conviertan en “frágiles” como mujeres. Un niño con sólo cinco o seis años de vida tiene derecho a decidir si será hombre o mujer por el resto de su vida, pero un menor de dieciocho años no puede responder por sus crímenes. No hay plazas para los pacientes en los hospitales, pero hay incentivos y patrocinio para quien quiere hacer cambio de sexo. Hay un acompañamiento psicológico gratuito para quien desea dejar la heterosexualidad y vivir la homosexualidad, pero no hay ningún apoyo de éste mismo para quien desea salir de la homosexualidad y vivir su heterosexualidad y si intentan hacerlo, es un crimen. Estar a favor de la familia y la religión es dictadura, pero orinar sobre los crucifijos es libertad de expresión. Si no es el fin de los tiempos, debe ser el ensayo…" ... [Escrito por el Sacerdote Católico GABRIEL VILA VERDE, actualmente en Brasil] ---
Carta abierta del Dr. Carlos María Schroeder Gastelumendi, Médico Neurólogo, Médico Internista, Docente Colaborador Honorario de Udelar
Manual de educación sexual
@|Escribo como médico, pero también como padre, abuelo y ciudadano uruguayo, para realizar comentarios del nuevo Manual para Maestros de Educación Sexual en la escuela, aprobado nada menos que por el CEIP (Consejo de Enseñanza Inicial y Primaria).
He leído y escuchado diversas voces y opiniones de indignación acerca de su contenido que pretende imponer la ideología de sexo único, basada en la ideología de género.
Debo establecer que como padre, abuelo y científico, también me adhiero a esas opiniones de indignación y estupor ante este Manual que maneja ideologías que no sólo están lejos de respaldarse en evidencias científicas, sino que, por el contrario, dado el manejo inadecuado que propone de la educación sexual en esa etapa tan delicada que es la del niño escolar, puede traer graves consecuencias en la formación integral afectiva del educando.
La Educación, en sentido amplio, es un “derecho de los padres”, máxime en el terreno tan delicado de la Educación Sexual.
Este “derecho” de los padres está en la naturaleza del ser humano, y además está consagrado en nuestra Constitución de la República.
Ningún centro educativo, ni público ni privado puede sustituir ese derecho irrenunciable de los padres. Es en la familia como verdadera escuela de amor que el niño/a debe recibir esta educación integralmente.
Y si se imparten enseñanzas de la índole de la Educación Sexual, debe “solicitarse autorización a los padres”, y estos deberían dar su expreso consentimiento, a ser posible por escrito, a los planes que se van a desarrollar en las aulas.
En el caso concreto de este Manual aprobado por las autoridades de Primaria, no comparto en absoluto afirmaciones como las que se pueden leer en la página 11 de que: “el Sexo es una construcción social”.
El Sexo está establecido genéticamente y hay dramáticos ejemplos científicos (si algún lector está interesado, lo puedo remitir a que vean en YouTube
*Brainwash: The gender equality paradox*, una demostración impactante: es una investigación de un finlandés que realiza un exhaustivo estudio entrevistando a relevantes autoridades europeas, algunas defensoras y otras detractoras de la ideología de género, y otro trabajo más impresionante aún acerca de un caso del Hospital John Hopkins).
Además, podría estar en tela de juicio hasta la propia laicidad, al pretender imponer ideologías o concepciones a través del prestigio de una autoridad educativa. Apelo al sentido común de los padres y maestros de este país, para que este Manual sea retirado de circulación antes de que haga más daño.
